En Kintsugi una familia se compone y se quiebra. Quienes la integran buscan el lugar exacto de la fisura e intentan; a veces con desespero; a veces de forma sutil; repararla. A la manera del arte japonés que da título a esta historia; María José Navia recompone en esta novela hecha a cuentos las vidas rotas de sus protagonistas; resaltando con belleza las cicatrices de los que se van y de los que se quedan. ¿María José narra lo que ya se contó mil veces: la fractura de una familia. Pero lo deslumbrante de esta novela es que lo hace chapoteando en las grietas; con una voz íntima e implacable que nos estruja el alma¿. Adriana Riva ¿Una prosa ágil y extraordinaria que recomiendo con entusiasmo¿. Lina Meruane